Raúl Laguna
En una comunidad donde el acceso al agua potable es limitado, un gesto de solidaridad ha marcado una diferencia significativa en la vida de Justina Marcial Argüelles, una mujer de 62 años. La Fundación Saymi Pineda Velasco ha hecho posible que esta ama de casa pueda almacenar agua de manera efectiva, lo que representa un cambio crucial para su hogar en el Barrio Polvorín Adiguele.
Justina Marcial Argüelles, quien vive con su pareja, ambos de la tercera edad, enfrentaba un desafío diario relacionado con el suministro de agua. La familia depende de un pozo para obtener agua, un recurso que solo está disponible durante la temporada de lluvias. Durante el período de sequía, la situación se torna crítica, obligando a la familia a buscar alternativas para conseguir el vital líquido.
Para aliviar esta necesidad, la Fundación Saymi Pineda Velasco ha intervenido con un acto de apoyo crucial. La organización ha proporcionado a la señora Justina un depósito de agua de 1,300 litros, lo que representa un avance significativo en la capacidad de almacenamiento del agua en su hogar. Este depósito no solo optimiza la gestión del agua durante las temporadas secas, sino que también reduce la carga física y emocional que conlleva el acarreo del agua en tambos.
Antes de recibir este depósito, Justina y su pareja tenían que transportar el agua del pozo utilizando tambos y una palanca de madera, un proceso que no solo es agotador, sino que también pone en riesgo la calidad del agua debido a la falta de almacenamiento adecuado.
La Fundación Saymi Pineda Velasco ha desempeñado un papel crucial en la mejora de la calidad de vida en el Barrio Polvorín Adiguele. Aunque la organización ya suministra agua mediante pipas a la comunidad, el nuevo depósito proporcionado a la señora Justina aborda directamente la necesidad específica de almacenamiento, permitiendo que el agua sea guardada de manera segura y eficiente.
La intervención de la Fundación Saymi Pineda Velasco en la vida de Justina Marcial Argüelles subraya la importancia de las iniciativas comunitarias en la resolución de problemas fundamentales como el acceso al agua. Este acto de generosidad no solo mejora la calidad de vida de la señora Justina y su pareja, sino que también destaca el impacto positivo que pueden tener las acciones solidarias en comunidades vulnerables. La fundación continúa siendo un pilar en la provisión de soluciones prácticas y efectivas para quienes más lo necesitan.