“NUNCA PERDIMOS LA FE”: PESCADORES RESCATADOS EN AGUAS DE OAXACA

• Tres pescadores oriundos de Acapulco que se hicieron a la mar y naufragaron, fueron rescatados después de 22 días por pescadores de Puerto Ángel, cuando se encontraban a siete millas frente a Escobilla
• Se quedaron sin agua y dejaron de alimentarse durante 10 días. Nunca perdieron la fe

Patricia Pacheco

PUERTO ÁNGEL, POCHUTLA.- Tras permanecer 22 días en aguas del Pacífico, luego de naufragar por fallas en el motor de su embarcación, tres pescadores guerrerenses fueron rescatados por sus pares de Puerto Ángel, quienes los pusieron a salvo y brindaron respaldo para emprender el regreso a su hogar.
El 12 de enero pasado Dolores Rodríguez Herrera, Martín Guaztitlán Sánchez y Víctor Manuel Trujillo Martínez, de 65, 66 y 42 años, respectivamente, salieron a pescar tiburón desde bahía Las Hamacas, en Acapulco, Guerrero, y después de permanecer tres días realizando su actividad, una avería en el motor de su embarcación, nombrada como Genesabet, los llevó a un incierto naufragio.

A la deriva por 22 días

La travesía de pesca en la que planeaban mantenerse por un lapso máximo de siete días, se extendió a 22 eternos días en los que pasaron por una de las experiencias más aleccionadoras de su vida, poniendo a prueba su resistencia física, emocional y en donde la fe luchó minuto a minuto contra la agonía.
Los pescadores náufragos explicaron en entrevista que la falla en el motor ocurrió cuando se encontraban a 136 millas mar adentro, por lo que desde entonces utilizaron el toldo de la embarcación como vela con la intención de acercarse a la orilla y facilitar el encuentro con algún otro barco que les pudiera brindar apoyo.
Cuentan que a pesar de llevar provisiones de comida y agua para 15 días, un descuido con el hielo provocó que en vez de almacenar agua adicional en una cubeta, ésta se evaporara, dejándolos sin el vital líquido durante los últimos diez días de su desventura.

Sin agua, pero con fe

La falta de agua y la desesperación por no encontrar apoyo en alguna embarcación amiga provocó que su angustia fuera en aumento, aunque su fe en dios, recalcan, los mantuvo a flote y con la confianza de que pronto saldrían avante del mal trance.
A sabiendas de los peligros a los que podrían enfrentarse, entre los que señalan la presencia de tiburones o de alguna enorme embarcación que los arrasara al no verlos, los pescadores nunca, ni por un instante, perdieron la fe, y más aún, después de tantas batallas, afirmaron, “somos lobos de mar”.
“Yo no me sentía abandonado, solo pensaba: Dios mío, que no vaya a pasar un tiburón y me encomendaba, o un barco, que en vez de ayudarnos, nos pasara encima”, refiere Dolores Rodríguez Herrera, el más experimentado de los tres pescadores.

“No teníamos saliva para tragar”

Dolores y sus compañeros decidieron encomendarse al Dios en el que creen, pensando en que volverían a ver pronto a sus familias, lo que les dio fuerza para resistir los últimos y más angustiantes días del naufragio, en los que dejaron de comer, a pesar de tener pescado al alcance, y donde su único alimento fue la sangre de algunas tortugas, que los sostuvo con vida.
“Durante diez días no comíamos nada, no teníamos saliva para tragar; pescado había, comida había, tortilla había, aunque sea seca, pero ya no podíamos tragar, preferíamos no comer. El domingo antepasado fue el último día que tomamos la última gota de agua”, contó.

  • ¿Qué platicaban entre ustedes allá adentro?, se le inquiere a Dolores
  • Que íbamos a salir, teníamos confianza que teníamos que salir los tres. A veces veía a mi viejo acá a un lado –refiriéndose a su compañero Martín- ya debilitado, y decíamos cada que oscurecía; un día más a la cuenta.

Los rescatan frente a La Escobilla

Luego de 22 días a la deriva y de que reconocen que un evento de mar de fondo y sus corrientes los acercó a la orilla, dos compañeros de pesca de Puerto Ángel, Jorge Luis Stein Sánchez y Timoteo Contreras García, los encontraron la mañana de este lunes a siete millas frente a la playa La Escobilla, Tonameca, compartieron con ellos agua y comida, y los ayudaron a remolcar su lancha hasta la playa principal del Puerto, donde la solidaridad de los trabajadores de la mar no se hizo esperar.
Una vez en tierra, autoridades municipales encabezadas por la edil de Pochutla, Saymi Pineda Velasco, se sumaron al respaldo de los recién rescatados y acercaron los servicios médicos para su revisión exhaustiva.

Deshidratados, pero estables

Gisela de la Rosa, médico a cargo, señaló que los tres naúfragos se encontraban estables, aunque deshidratados y solo uno de ellos presentaba glucosa y presión alta.
Luego de mantener comunicación con su homóloga de Acapulco, Adela Román, la alcaldesa Saymi Pineda, informó que los pescadores dormirían en Puerto Ángel y la mañana de este martes viajarían a su lugar de origen por tierra, mientras que el Ayuntamiento de Acapulco se encargaría del remolque de la embarcación al estado de Guerrero.

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