Por: Lucio Gopar. Fotos: Omar Maya Calvo.
Monte Albán la maravilla arqueológica de Oaxaca, nos da la oportunidad de explorar la antigua capital zapoteca, representa uno de los tesoros arqueológicos más importantes en Latinoamérica, por sus majestuosos edificios arquitectónicos, en donde también se planeó una terraza abierta, para apreciar la gran ciudad de Oaxaca.
Así mismo tanto sus edificios, como su museo, nos permite descubrir la civilización zapoteca, dándonos la oportunidad de hacer un viaje en el tiempo, para revivir la grandeza prehispánica.
El legado cultural de los zapotecas sigue vivo en algunas costumbres hoy en día, el estudio de esta civilización también permite un rescate de algunas técnicas de curación y formas, para aprovechamiento de la vida.
Se ubica a tan solo diez kilómetros de la Capital del Estado de Oaxaca, siendo la capital indígena más importante de la región de los Valles Centrales de Oaxaca, durante el periodo clásico (años 400-800 D.C.) y fue habitada por la cultura zapoteca. Por ello este lugar es considerado de poseer una gran riqueza cultural y por ende turística.
Monte Albán fue una de las principales ciudades zapotecas del México prehispánico y es considerado uno de los primeros asentamientos urbanos de Mesoamérica. Su importancia histórica y arquitectónica, lo convierte en una visita fundamental para comprender la grandeza de esta antigua civilización.
El sitio arqueológico de Monte Albán, cuenta con una plaza principal monumental de aproximadamente 300 metros. Además, ofrece ruinas bien conservadas que permiten tener una visión única de la vida de las antiguas civilizaciones olmecas, zapotecas y mixtecas, que ocuparon este lugar durante 1,500 años.
Monte Albán es un centro ceremonial y arqueológico que se puede visitar durante todo el año. Los visitantes tienen la oportunidad de explorar las ruinas, aprender sobre la historia y la cultura zapoteca y maravillarse con la arquitectura y las vistas panorámicas desde lo alto de las colinas.
Aunque no hay ceremonias regulares, se realizan de forma esporádica eventos especiales y rituales, como en el equinoccio de primavera, en donde acuden algunas personas, para celebrar y realizar actividades espirituales en honor a sus antepasados.
Recuerda que al caminar por una zona arqueológica es común experimentar una atmósfera de misterio y asombro, se puede sentir la historia que se respira en el aire y la presencia de aquellos que las construyeron, muchas personas describen una sensación de paz y tranquilidad al estar en estos lugares. Algunos creen que esto se debe a la presencia de energías espirituales o a la conexión con la naturaleza que rodea las ruinas, además las zonas arqueológicas son consideradas como espacios sagrados, donde se realizaban rituales y ceremonias importantes. Esta energía sagrada puede perdurar a lo largo de los años y ser percibida por aquellos que visitan estos lugares.