Lucio Gopar / Fotos: Omar Maya Calvo/Gil Obed González García.
En el siglo XVII Teposcolula alcanzó su mayor esplendor y se convirtió en el centro económico y político más importante de toda la Mixteca, en el siglo XVIII continuaba encabezando los pueblos de esa región, por su extraordinario éxito en el comercio. Sus habitantes disfrutaban de grandes casas con estupendos jardines, los ricos comerciantes entablaron relaciones comerciales con otros países como Guatemala, Centro América y América del Sur.
Al actual pueblo mágico de San Pedro y San Pablo Teposcolula llegaban productos extranjeros de la más alta calidad, valiosas pinturas, telas, imágenes y otros objetos de gran belleza que lucían en las hermosas residencias, se conocían los lujos y se disfrutaron con el arte los más raros productos no sólo de España, sino de otros países europeos como Francia, de Italia y de Inglaterra, entre otros.
Fue Teposcolula un punto de intensa actividad a donde concurrían mercaderes de mucho señorío a comprar las más vistosas plumas, así como el oro más puro, elegantes telas, piedras preciosas, como esmeraldas, rubís, así como bellos objetos de oro y plata. También fue un gran centro de fabricación y manufacturero de productos textiles y sedas preciosas; sus obreros estuvieron en competencia con los paisanos vecinos de Nochixtlán y de Cholula, Puebla. Debido al dinero que tenían también destacaron en un desarrollo que abarcaba a personas que sobresalían por sus conocimientos en las áreas de la medicina, astronomía y otras ciencias.
Por estar dentro de la Ruta Dominica, Teposcolula cuenta con uno de los edificios más bellos testigo de las imponentes edificaciones que hizo aquí la iglesia católica. Siendo así que sobresale la belleza del templo y exconvento de San Pedro Y San Pablo, que fueron construidos en el siglo XVI. El templo tiene enormes esculturas en la fachada; el retablo es tallado y dorado; tiene un suntuoso confesionario.
Asimismo de gran belleza es la Capilla de Santa Gertrudis, que se encuentra anexa al convento de Teposcolula en la entrada del claustro. El tipo de columnas de baja altura se encuentran también en la Antigua Guatemala. La similitud entre el Teocalli indígena y las capillas abiertas, fueron medios psicológicos que se usaron para facilitar la evangelización y conquista espiritual del pueblo.
Sus fiestas más importantes las realizan en el primer Viernes de Cuaresma y es donde se hace un programa de actividades y se festeja al Señor de las Vidrieras. Otra fiesta es los días 28 y 29 de
Junio que se hace en honor de San Pedro y San Pablo, que son los patrones del pueblo. Y el 6 de Agosto de cada año se hace la fiesta en honor al Padre Jesús.
Hay varios lugares de gran interés para locales y turistas, como lo es “La Casa de la Cacica” que es un edificio singular por muchas razones; la cualidad estética, la calidad de sus materiales (en su época debió ser una construcción muy cara) y las notables referencias a la arquitectura prehispánica en su planta y decoración hablan del poderío político y económico del señor mixteco que la mandó construir. Es además un extraordinario ejemplo de la fusión de estilos artísticos —mixteco posclásico y español renacentista— que se dio a mediados del siglo XVI en la Mixteca Alta, y que podemos también apreciar en el Códice de Yanhuitlán. Pero más importante es donde tuvieron lugar los dramáticos momentos en que el poder español derrotó al sistema político mixteco. Por una singular coincidencia, los documentos que dieron legalidad a este proceso están conservados en varios archivos e incluyen no sólo una detallada descripción del edificio tal como era en el año 1569, sino que también comprenden listados de las innumerables joyas de oro y textiles decorados que se guardaban al interior y de las muchas tierras pertenecientes a la casa que estaban regadas por todo el señorío.