- La primaria Lázaro Cárdenas de la Sección 59 en Zipolite es la primera institución pública que inicia clases presenciales en la región de la Costa
Raúl Laguna
ZIPOLITE, POCHUTLA.- Con todas las medidas y protocolo sanitarios para prevenir el Sars-Cov-2, más de un centenar de niños de nivel primaria de Zipolite regresan a clases presenciales y demuestran la felicidad de adquirir conocimientos en compañía de sus compañeros y guiados por sus maestros.
Desde el lunes 27 de septiembre, las instalaciones de la Escuela Primaria Lázaro Cárdenas, con profesores perteneciente a la sección 59 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), abrió sus puerta y recibió a sus estudiantes que le dan vida durante el horario escolar.
Los niños, la alegría y su regreso a clases
Para Bryan de nueve años de edad, estudiante de cuarto grado, emocionado en la entrevista manifestó su felicidad por el regreso a clases, “ya juego con mis amigos, la maestra es muy amable, nos deja salir a jugar un rato”, comentó.
El niño manifestó que el trabajar desde casa le fue distinto, no se sentía acompañado, “me sentía solo, ahora acá ya me ayuda la maestra un poco más”, expresó.
Para los padres de Bryan es mejor que vaya a la escuela, “mis papás quieren que aprenda y en la escuela se aprende un poquito más”, manifestó el niño.
Para su compañero Manuel, el aprendizaje es mejor en la escuela, no le gustaba estar solo, cuando se equivocaba en sus tareas, “tenía que borrarlo y le preguntaba a mis papás y a veces me sacaban de la duda”, comentó el niño que le da mucha alegría el estar nuevamente en clases con sus compañeros y maestros y que los niños que aún no regresan a clases, “creo que están tristes”.
Preparan con anticipación regreso a clases
Después de dos semanas de preparar la logística y regresar a clases presenciales, maestros y padres de familia formaron un comité de salud; realizaron limpia general en las instalaciones de la institución, pintaron aulas con pintura donadas por particulares y promovieron la logística para que los infantes pudieran recibir la instrucción básica de nivel primaria.
“Después de año y medio de abandono, la escuela estaba completamente desahuciada, por así decirlo, todo estaba lleno de monte, la palapa estaba desecha, las estructura metálica llena de sarro, los aires acondicionados hasta la fecha nos hace falta darle mantenimiento; durante dos semanas, los papás tuvieron que venir a dar tequios y aun así seguimos trabajando para que quede en buenas condiciones”, comentó la directora de la escuela, Sara Hernández.
Grupos divididos en dos turnos
Entre la logística implementada; los seis grupos escolares se dividieron en dos para mantener un afloro del 50 por ciento y que cada uno de ellos reciba al día clases de por lo menos dos horas de lunes a viernes; el primer grupo de niños ingresa a la escuela de 8 a 10 de la mañana; mientras el segundo grupo lo hace de 10:30 de la mañana a 12:30 de la tarde.
Cada niño lleva consigo su cubrebocas y un kid sanitario que incluye gel antibacterial o alcohol y dentro del salón de clases, el profesor implementa un pequeño cuestionario para verificar en qué condiciones de salud acude el infante.
De acuerdo a la directora del plantel y a su observación, “los niños ya están habituados al uso de cubre bocas porque lo han hecho desde casa, aunque hay unos que todavía les cuesta mantenerlo puesto”.
Para el ingreso de los estudiantes, el comité de salud formado por padres de familia y profesores, con sana distancia, se apuesta en la entrada principal para verificar que los niños entren sanos y reciban gel anibacterial; al finalizar sus clases, la salida la hacen por la puerta trasera de la escuela.
Los profesores y el apoyo de la comunidad
La escuela cuenta con ocho profesores y una intendente: son seis maestros de grupo, uno de ellos en cada grado escolar y un profesor de educación física; los siete son integrantes de la Sección 59 que cuentan con la plaza escolar; así mismo cuentan con un profesor de inglés que da las clases del idioma por turno a los escolares, el maestro recibe un pago por su trabajo, el cual es devengado por un particular que radica en la comunidad.
Hace unos años, la escuela Lázaro Cárdenas pertenecía a la Sección 22, debido a los constantes paros magisteriales, los habitantes de Zipolite decidieron en tomar la escuela y que padres profesionistas y voluntarios dieran clases a los niños.
Con el apoyo de voluntarios de la comunidad, la escuela fue arropada por la Sección 59 y hasta la fecha, los profesores de la gremial con plazas magisteriales han dado atención educativa a los niños de ésta población y habitantes de la comunidad se ha destacado por apoyar a la institución.
La escuela recibe apoyos por parte de habitantes y empresarios de Zipolite como pintura para las aulas, pago para profesor de inglés; en su momento despensa en los ciclos escolares anteriores por ser una escuela de tiempo completo; entre otros.